El autismo es un espectro de trastornos caracterizados por graves déficits del desarrollo, permanente y profundo. Afecta a la socialización, la comunicación, imaginación, planificación, reciprocidad emocional y conductas repetitivas o inusuales. Los síntomas, en general, son la incapacidad de interacción social, el aislamiento y las estereotipias (movimientos incontrolados de alguna extremidad, generalmente las manos). Con el tiempo, la frecuencia de estos trastornos aumenta (las actuales tasas de incidencia son de alrededor 60 casos por cada 10.000 niños). Debido a este aumento, la vigilancia y evaluación de estrategias para la identificación temprana, podría permitir un tratamiento precoz y mejorar los resultados.
Su origen obedece a una anomalía en las conexiones neuronales que es atribuible, con frecuencia, a mutaciones genéticas. Sin embargo, este componente genético no siempre está presente, ya que se ha observado que los trastornos que sufre una persona autista pueden tener un componente multifactorial; dado que se ha descrito la implicación de varios factores de riesgo que actúan juntos. Los genes que afectan a la maduración sináptica están implicados en el desarrollo de estos trastornos, dando lugar a teorías neurobiológicas que determinan que el origen del autismo se centra en la conectividad y en los efectos neuronales fruto de la expresión génica. Hay varios tratamientos, pero no todos ellos se han estudiado adecuadamente. Las mejoras en las estrategias para la identificación temprana de la enfermedad utilizando, tanto las características fenotípicas como los marcadores biológicos (por ejemplo, cambios, electrofisiológicas) podrán mejorar la efectividad de los tratamientos actuales.[2]
El bebé autista puede pasar desapercibido hasta el cuarto mes de vida; a partir de ahí, la evolución lingüística queda estancada, no hay reciprocidad con el interlocutor, no aparecen las primeras conductas de comunicación intencionadas (miradas, echar los brazos, señalar...).
Os preguntaréis que le ha pasado a ludi para empezar el año con temas de este carácter pues deciros que los que nos dedicamos a la educación no solo es contar cuentos, cantar canciones, aprender poesías -trabalenguas, hacer manualidades y un sin fin de tareas que si se enumeran una a una no dan cabida en una sola entrada.También nos encontramos con niñ@s con una serie de necesidades especificas que debemos, creemos y podemos mejorar su nivel de integración en el aula y la sociedad , por eso este año me he propuesto desde el minuto 1 de 2012 que mi blog se vea plasmado esa realidad .Empezamos el año con las praxias y hoy nos acompaña el autismo.He de deciros que no os toméis a pies juntillas las características que van acompañadas de los dibujos ,son solo unos detectores leves del autismo .Para cualquier duda o consulta siempre tendréis a los especialistas que os asesorarán mucho mejor .Un besazo.
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